La actividad realizada durante ese domingo por la mañana, trajo retos y sorpresas gratas para todos los asistentes. Se inició con la presentación del taller, la revisión de los insumos materiales reutilizados y la explicación de las actividades a desarrollar.
Las coordinadoras dirigieron la construcción de las horticajas. A partir de cuatro huacales de madera reutilizados, se irían uniendo sus partes: dos servían como base y otros dos se desarmaron para reforzar cada uno de sus lados. Entre los clavos, herramientas, madera y entusiasmo, los asistentes nos concentramos en culminar 6 horticajas para que los niños del jardín de niños pudieran comenzar la aventura.
Posterior al forrado del interior de uno de los recipientes, afuera ya se cernía la composta y el tepezil; algunos costales resultaron del sustrato elaborado para las primeras plantas. Todos estuvimos atentos a escudriñar nuestras dudas y expresarlas a quienes compartían su conocimiento.
Finalmente, como en todos los talleres, el trabajo dio paso a la comunidad que ofrecieron los alimentos que nuestras anfitrionas del jardín prepararon con mucho reconocimiento a quienes participamos; entre la hazaña de ver consolidadas las horticajas y la fuerza del trabajo colectivo, el espacio quedó organizado y con la energía de quienes le apuestan a la difusión de los huertos escolares.