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Colegio Calli

Propuesta político-pedagógica: Pedagogía Waldorf

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Cómo trabajamos en el huerto: Los niños aprenden prácticas que ayudan a las plantas a conseguir lo que llamamos “el bienestar vegetal”, aprenden no sólo a sembrar y trasplantar, abonar, arropar, cosechar correctamente sino a relacionarse con un ser vivo extraordinario que nos enseña a forjar mejores seres humanos.

Establecer un huerto  en una escuela significa abrir un espacio de vida que generará múltiples experiencias didácticas. Un huerto escolar permite crear muchas relaciones, primero con la tierra, las plantas, los animales, el cosmos, pero principalmente se crea una relación entre los seres humanos que nos da una dimensión distinta de la vida y de la forma en que la humanidad se alimenta y se relaciona con su entorno y el Universo. El huerto escolar consiste en tres camas de siembra “comestible” dadas las especies que existen, tales como guayabo, plátanos, papaya, maracuyá, manzano, etc. Y plantas ornamentales (monedita, alcatraz, cacahuatillo, lilis, etc.). En el huerto de Calli hay muchas plantas diferentes al lado una de la otra, cuando una es cosechada, el hueco que queda es ocupado para colocar otra planta, de manera que se está rotando constantemente evitando que se agote el suelo. El sustrato usado es resultado del producto final de la degradación de los residuos orgánicos, que se adicionan diariamente tanto en la Composta como en la Lombricomposta, denominado Humus. Lo cual es una gran enseñanza en los beneficios del reciclaje. 

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